El modelo eléctrico español es definido por un evidente oligopolio de unas pocas empresas que controlan la producción y la distribución y que tiene su origen en el reparto que se hizo del mercado entre los empresarios amigos de Franco. Este oligopolio está conformado por cinco grandes compañías: Endesa, Iberdrola, Naturgy, EDP y Repsol. Estas multinacionales controlan más del 90 % del mercado eléctrico.
