Con un IPC del 5,6%, la conflictividad en torno a los convenios colectivos y las subidas salariales no ha dejado de aumentar. Desde hace meses se han multiplicado las huelgas y las pugnas salariales que pretenden evitar una nueva pérdida de poder adquisitivo o, al menos, minimizar el empobrecimiento causado por el alza de los precios.
