El llamado “cierre” del gobierno de Estados Unidos se puede interpretar y valorar de muchas formas pero creo que por encima de todo refleja que el capitalismo no da para más.
No estamos hablando de que un país arruinado de Africa disponga de una administración pública ínfima. No nos referimos ni siquiera a que una gran economía no esté en condiciones de financiar servicios básicos pero caros de salud o educación para toda su población: según la Oficina del Censo de Estados Unidos allí hay más de 46 millones de pobres y más o menos el mismo número de personas que no tiene asegurada la atención médica en caso de enfermedad, una de cada seis personas que pasan hambre, según Feeding America, y casi 700.000 personas sin ningún tipo de vivienda.
Es peor. Se trata de que la primera potencia mundial no puede pagar el día a día de las actividades elementales de su gobierno.