Ningún partido ni ninguna figura política ha conseguido encabezar el proceso, ni capitalizar el descontento que reina entre la población. Hasta el momento, los partidos han ido a rebufo de lo que ocurría en las calles, y aunque fueron ellos quienes aprobaron en el Congreso el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, documento que establece los plazos y el cómo se va a desarrollar el proceso constituyente, esto jamás habría ocurrido sin el empuje de los manifestantes.
