Una, dos, tres, cuatro…..así hasta 103.589 firmas respaldando la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) contra el fracking. Todo un récord en la historia legislativa del Parlamento vasco, que en los próximos meses deberá someter a votación la toma en consideración de la propuesta. Este es el primer hito del camino que le espera a la inicativa, cuyos promotores, la plataforma Fracking Ez Araba, son conscientes de que al final del recorrido puede acabar desfigurada.

Y es que el fracking despierta pasiones encontradas en Euskadi y, sobre todo, se trata de una cuestión en la que la comunidad autónoma carece de competencias para prohibir la práctica. El Tribunal Constitucional ya ha tumbado leyes en La Rioja, Navarra y Cataluña que impedían el fracking. Esa prohibición es una competencia exclusiva del Estado. Así que, 103.589 firmas ¿y ahora qué?

Previsiblemente, los partidos votarán a favor de la toma en consideración. Ya existe un precedente. En enero del año pasado, las Juntas Generales de Álava trasladaron una proposición de ley solicitando la prohibición. Incluso el Gobierno vasco se mostró favorable a la toma en consideración, aunque a renglón seguido dejaba claro que contravenía la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Al final, la Ley Vasca de Protección de la Naturaleza se limitó a incluir una serie de limitaciones a la práctica del fracking, pero en ningún caso se prohibió. Luis Javier Tellería, parlamentario del PNV y uno de los portavoces de este partido en cuestiones medioambientales, advierte de que “la prohibición no depende del Gobierno vasco, depende del Estado”. “El Tribunal Constitucional marca una tendencia, que no se puede prohibir taxativamente. Y por eso en la Ley Vasca de Protección de la Naturaleza no se prohíbe, aunque se limita de manera radical”.

Según Tellería, “cuando 103.000 personas de este país solicitan que se tramite una ley, los partidos no se pueden negar a ello. No hay problema en darle trámite. A partir de ahí hay que analizar un montón de variables, como la legalidad de la propuesta y las sentencias del Tribunal Constitucional, que habrá que considerar”. La tesis de Tellería es que el fracking es una posible fuente de energía, pero genera impactos. “Nunca nos hemos negado a saber cuántos recursos energéticos puede tener Euskadi. El desarrollo económico de Euskadi depende de terceros en cuanto a la energía, por lo que resulta fundamental saber qué realidad de fuente de energía tenemos. Solo saberlo no impacta”.

Texto anticonstitucional

Para Natalia Rojo, portavoz parlamentaria del PSE en medioambiente, “el Parlamento vasco no puede aprobar un texto anticonstitucional”. “No puede haber prohibiciones genéricas que vayan en contra de la ley estatal. Se puede estudiar, introducir medidas que garanticen la seguridad medioambiental…Pero no se puede pretender que el Parlamento pida algo ilegal y prohíba el fracking”.

Rojo entiende que es importante “reconocer el trabajo de la plataforma” y por eso el PSE va a tomar en consideración la iniciativa para que se tramite. “Pero por muchas 103.000 firmas que se presenten, el PSE no va a aprobar una ley que va en contra de la Constitución. Mi pronóstico es que se va a aprobar una norma en la ponencia que no va a gustar nada a los promotores de la iniciativa”.

Desde el PP, la responsable parlamentaria en medioambiente, Mari Carmen López de Ocáriz, cree que “resulta incongruente tomar en consideración una propuesta ilegal”. “No estamos en contra de explorar los posibles recursos que haya en el territorio, pero tanto para explorar como para explotar deben existir informes medioambientales y garantías”.

Daniel Maeztu (EH Bildu) no deja lugar a dudas en su discurso. “Si el Gobierno vasco quiere puede parar ya mismo el fracking en Euskadi. El 80% de los permisos que afectan a un suelo de la comunidad están en manos del Ejecutivo de Vitoria. Si no hay apoyo público, nadie a nivel privado se va a meter en esta aventura”. Para Maeztu, el debate político está por encima del jurídico-competencial. “Es muy sencillo: ¿Se está a favor o en contra? ¿A favor de un modelo que sigue empeñado en los combustibles fósiles, como el fracking, o a favor de un cambio en el modelo energético?. El debate no tiene que ser de quién es la competencia”.

Efecto en las urnas

Desde la plataforma Fracking Ez Araba, Mikel Otero recalca advierte de que si el Parlamento vasco rechaza admitir a trámite la ILP o la admite pero la termina desfigurando, supondrá “un desengaño importante para miles de personas, lo que podría tener su reflejo en las urnas cuando haya elecciones”

Los municipios donde más firmas han recogido sobre el censo (como Kuartango o Urkabustaiz) es donde más avanzados están los proyectos para sondear la posibilidad de extraer gas no convencional mediante la fracturación hidráulica. A Otero le gustaría que la tramitación parlamentaria de la ILP fuera lo más rápida posible, pero cree que “vistos los resultados obtenidos, puede haber quien tenga la tentación de retrasarlo para que no afecte a las elecciones municipales y forales de mayo de 2015”.

El galimatías del fracking está servido. Se ha convertido en una patata caliente de la que los partidos quieren huir, pero que ya tienen encima de la mesa.

Eldiario.es

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