Este nuevo modelo de mantenimiento lleva a la privatización encubierta de la Empresa Pública Adif, y a encarecer el mantenimiento de la RFIG hasta límites insospechados.
La política de cubrir el mantenimiento preventivo y correctivo de la infraestructura, a través de cuantiosas licitaciones, frena la incorporación de personal mediante Ofertas de Empleo Público (OEP).