La Reforma de la ley de la Administración Local supone un «atentado muy serio contra los derechos de las personas” y el desmantelamiento del actual sistema administrativo de pueblos y ciudades. Los Ayuntamientos dejarán de ser instituciones autónomas de gobierno local para ser meros gestores.
Es la vuelta al tutelaje sobre los Ayuntamientos. El Gobierno del PP, con esta reforma, desprecia a los Ayuntamientos al no considerarlos en pie de igualdad con las demás administraciones. Ignora las competencias locales y forma parte del proyecto de recentralizar el Estado y poner fin al Estado de las Autonomías.
Es la intervención de los Ayuntamientos. Explícitamente, en los primeros borradores de la reforma, a los Ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes e implícitamente los de menos de 20.000 habitantes, dando poder a las Diputaciones.












