CCOO y UGT saben de sobra que nos manejamos en una lógica de privilegiados y explotadas que hay que revertir, y que además, la huelga del 8M apoya otras reivindicaciones complementarias como la erradicación de las violencias machistas y la trata de mujeres, las pensiones dignas para las jubiladas y un largo etcétera perfectamente razonable.
Los dos sindicatos con más afiliación en nuestro país, UGT y CCOO, se han desmarcado de la huelga feminista del 8 de marzo convocando un insultante paro de dos horas con el que cubrir el expediente sin molestar demasiado a la patronal. La decisión de este ridículo paro no ha sido entendida, offrecord, por los colectivos feministas, que han entendido este “desmarque” como una ofensa a la mujer, a nuestra clase trabajadora y a la inteligencia de la opinión pública.