Ahora vuelve a aparecer el mismo discurso en la clase empresarial y en la política: hay que recuperar la economía (aquí en términos patrios solo tenemos una economía, la de servicios) y dicha recuperación parece se asienta sobre las mismas “patologías”: la precariedad, la temporalidad y parcialidad de los contratos, que afectan sobre todo a las mujeres y a los jóvenes, el trabajo gratuito (millones de horas extras sin remunerar ni pagar los impuestos) y ayudas directas al empresariado.
