La Ertzaintza de nuevo este martes, ha actuado violentamente contra los trabajadores, esta vez para disolver una sentada pacífica de un piquete informativo de los trabajadores de Tubacex, que pretendía impedir la entrada en la fábrica de un autobús que transportaba a personal de dirección y mandos que querían entrar a trabajar, horas antes de comenzar la reunión prevista entre la dirección y el comité de las plantas de Laudio y Amurrio.
Desde primera hora de esta mañana, la Ertzaintza ha realizado un amplio despliegue, mientras los trabajadores se sentaron para realizar un muro a las puertas de la fábrica, intentando bloquear el acceso a la factoría, coreando lemas contra los esquiroles. Se trataba de una acción legítima pacífica de presión obrera para hacer desistir a la dirección de la empresa de su intención de despedir a 150 trabajadores de 800, mediante un ERE y negociar como solución alternativa, un ERTE para toda la plantilla y así evitar estos despidos.
Los agentes comenzaron a desmantelar el muro sacando a los operarios uno por uno, cargado posteriormente contra estos, hasta lograr hacer sitio para facilitar la llegada de un autobús. En un comunicado, la Ertzaintza informa de que por la mañana dos personas han sido detenidas por «atentado contra la autoridad», una tercera por la tarde y otras seis personas habían sido identificadas. Los tres arrestados han quedado posteriormente en libertad a lo largo del día.
Se trata de la segunda actuación violenta de la Ertzaintza contra la lucha obrera ocurrido en Euskadi durante este mes de febrero. La anterior actuación ocurrió el pasado lunes, 1 de febrero, durante las protestas contra los despidos de la empresa PCB en la margen izquierda de Bizkaia cuando Javier Gómez, sindicalista de CCOO, fue agredido por la Ertzaintza en un piquete.
Tubacex es una empresa multinacional que en 2019, obtuvo 11.500.000 de euros de beneficios, pagando 0 céntimos del impuesto de sociedades. Los trabajadores se encuentran en huelga indefinida desde el 15 de Febrero. En el encuentro de la dirección con el comité de empresa, esta ha vuelto a comunicar que mantiene encima de la mesa el ERE, mientras que el comité opina que los problemas son coyunturales y plantea medidas temporales en lugar de despidos.
Esta actuación de Ertzaintza es un intento de nuevo, de criminalización del derecho de huelga y de los piquetes informativos, basada en las Ley Mordaza y en artículo 315.3 del Código Penal (Actualmente en proceso derogación definitiva, aprobada en diciembre por el pleno del Congreso precisamente con los votos a favor del PNV, demostrando ser un partido de defensa a ultranza de la patronal con discurso contradictorio en Madrid) el cual contempla penas de cárcel para los piquetes informativos en las huelgas. Una normativa antidemocrática, desproporcionada e injusta que criminaliza a las personas que ejercen un derecho fundamental y suponen un atropello a las libertades democráticas y un nítido intento de amordazar la lucha obrera en momentos donde las trabajadoras y trabajadores, expresan su hartazgo y no tienen otra alternativa.
