El éxito de la huelga de los trabajadores del metro de Barcelona está siendo saboteado por la Generalitat de Catalunya, con el beneplácito del Ayuntamiento de Barcelona.
La imposición del aumento de los servicios mínimos por parte de la Generalitat de Catalunya en las horas punta del 50% a un 65 % y del resto del día del 30 % al 45 % aduciendo motivos de polución atmosférica, seguridad y movilidad, son de las mentiras mas zafias que desde la administración se pueden crear para menoscabar un derecho fundamental como el de la huelga.
No es cierto que se hayan producido problemas de seguridad o de movilidad durante el primer día de huelga, ni siquiera se han producido mas acumulaciones en las estaciones que un día normal. La realidad es que los políticos catalanes y de Barcelona llevan unos días comiendo, bebiendo y relacionándose con muchas de las personas mas ricas del mundo y no pueden permitir que en la ciudad haya huelgas tan visibles y molestas, su imagen y se deteriora. También resulta muy casual la preocupación de la administración por nuestra salud, por el alto grado de polución atmosférica, en una ciudad en que la contaminación es algo con la que convivimos a diario y utilizarlo como escusa es verdaderamente barriobajero.

















