Sin consideración, sin piedad, sin pudor
En torno mío han levantado altas y sólidas murallas.
…Silenciosamente me tapiaron el mundo.
(Murallas)
Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca,
Pide que tu camino sea largo,
Rico en experiencias, en conocimiento.
Ten siempre a Ítaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
(Konstantino Kavafis)
Aunque hayan pasado ya casi dos meses, me dispongo a contar lo que ha supuesto para mí participar en la «Caravana a Grecia abriendo fronteras», del 15 al 25 de Julio.
La solidaridad y la denuncia viajaron a Grecia en Caravana, 5 autobuses de todo el Estado, dos de ellos desde Euskal- Herria, una caravana y una furgoneta, en total 260 personas.
El objetivo no era finalista, ya que parte de un trabajo previo que distintas plataformas y colectivos vienen realizando, como ONGI ETORRI ERREFUXIATUAK en Bizkaia, y en el que van a seguir trabajando.
La idea era solidarizarnos y reivindicar el derecho a un pasaje seguro y una vida digna para todas las personas, y para ello unirnos a la acampada «No Border», en la Universidad Aristóteles de Thessaloniki (Grecia), y denunciar la salvaje e inhumana política de los gobiernos europeos sobre migración, aprobada recientemente por la UE, que supone una gravísima vulneración de los Derechos Humanos e internacionales, de libre tránsito de las personas, cerrando fronteras, y erigiendo a Grecia en carcelera y a Turquía en gendarme; una ¡vergÜEnza!
Recordemos además que de las 160.000 personas que la UE se había comprometido a reubicar, tan sólo 4.519 lo han sido, según un reciente informe de la OIM (organización internacional para las migraciones), y que el cierre de las fronteras de los Balcanes han dejado atrapadas a unas 51.362 personas en Grecia, sin contar las más de 3000 ahogadas en el Mediterráneo.
Denunciar que si las personas vienen huyendo de guerras, hambre y devastación (Afganistán, Irak, Siria…), hay una responsabilidad directa tanto de la UE, como de EEUU, así como de los lobbys financieros, que con sus políticas bélicas y genocidas y sus intereses políticos, económicos y geoestratégicos, alimentan gobiernos corruptos, grupos armados, y desestabilizan regiones enteras; sin importarles lo más mínimo, las muertes y los dramas humanos que ello conlleva, poniendo en peligro a su vez a su población.