Los seguidores del PSV Eindhoven quemaron billetes por puro y duro clasismo, declarando así su odio hacia las indigentes por el hecho de serlo, a las que por supuesto perciben como seres inferiores.
Los medios se hicieron eco este martes de una lamentable estampa por parte de los seguidores del PSV Eindhoven, la cual tacharon de ‘racista’.
En el vídeo se podía ver cómo turistas holandeses lanzaban monedas al suelo para que un grupo de mujeres gitanas corrieran tras ellas y las recogieran del suelo, con los posteriores vítores de los visitantes. Quemaron billetes delante de ellas y las hicieron bailar y hacer flexiones para que consiguieran la limosna.
Tachar esta actuación como racista es de ser muy benévolos… o de ser muy simples, según se mire. ‘Racista’ ni siquiera es el primer apelativo que merecían los susodichos, porque lo cierto es que no quemaron billetes porque ellos fueran payos y ellas gitanas. Quemaron billetes por puro y duro clasismo, declarando así su odio hacia las indigentes por el hecho de serlo, a las que por supuesto perciben como seres inferiores. Y las hicieron bailar por pura y dura misoginia, sin ningún temor a una respuesta agresiva por tal humillación. Las mujeres, ya saben, ante las agresiones rara vez responden con más agresiones. Y eso, un seguidor del PSV, como cualquier otro, lo sabe bien.