Para Naomi Klein la normalidad no es otra cosa que una «crisis permanente», por ende nada más errado que volver ciega y rápidamente a ella. La escritora, periodista y activista canadiense cree que este es un momento para detenerse y aprender las «lecciones» que deja la pandemia. Todo está «roto»: el planeta, la relación con la naturaleza, las relaciones colectivas, los lugares de cuidado. Pero con «alegría», las comunidades están llamadas a encarar un trabajo «cívico e intergeneracional», que a la vez es un derecho: el de la reparación.
