Una política de cuidados para poner la vida colectiva en el centro (Por Amaia Pérez Orozco)
“Sin nosotras, no se mueve el mundo”. Este reclamo, originariamente lanzado por las trabajadoras de hogar, ha permeado los últimos 8 de marzo. Son palabras que nos convocan a un cambio sistémico que, con la crisis de la COVID-19, se ha evidenciado más urgente que nunca. Cuando afirmamos que “si nosotras paramos, se para el mundo” estamos reclamando que se reconozca y valore este trabajo; dejar de mover el mundo solas; y, sobre todo, empezar a mover un mundo distinto donde el cuidado de la vida común esté en el centro.