Profesor de ciencia política, escritor, Carlos Taibo ha tratado en sus libros temas que van desde las crisis económicas hasta las transiciones en la Europa central y oriental contemporánea. Al calor de la cumbre de París, Brecha conversó con él sobre crisis climática, decrecimiento y capitalismo.
—¿Hasta qué punto es grave la crisis climática?
—Hay un consenso abrumador en la comunidad científica internacional en lo que respecta al hecho de que es inevitable que la temperatura del planeta suba al menos dos grados con respecto a los niveles de 1990. Una vez que alcancemos ese momento nadie sabe lo que vendrá después. En cualquier caso, nada bueno. Entretanto, las respuestas son infamantemente débiles. A lo más que llegan es a concebir la ecología como un negocio, en línea con el capitalismo verde. Y el colapso está –me temo– a la vuelta de la esquina.
—Vista la experiencia de otras cumbres, y la del Protocolo de Kioto, con su estrepitoso fracaso para reducir las emisiones de gases contaminantes, ¿qué razón de ser tienen estas reuniones espectaculares?
—Hay una presión social encaminada a que se tomen en serio estas cuestiones. Como quiera que en los estamentos de poder no se adivina ninguna voluntad de buscar fórmulas que rompan con el capitalismo, con el trabajo asalariado, con la mercancía y con la propia lógica del crecimiento, es necesario articular, ante la opinión pública y ante la propia comunidad científica internacional, algún procedimiento que, fantasmagóricamente, invite a concluir que se está haciendo algo. Lo que hay por detrás es, desde mi punto de vista, una farsa.