Hay personas que sostienen que los derechos sociales aparecieron así, de repente. Duendes verdecillos los fueron insertando en las leyes y las peores condiciones de esclavitud o miseria desaparecieron porque…bueno…porque ‘vamos avanzando’.
Y las cosas… ‘mejoran’. A veces hasta se argumenta que tal o cual gobierno nos ‘lo dio’, magnánimamente; tras estas sesudas conclusiones la conversación se vuelve demasiado pesada y se zanja con un ‘bueno, bueno, hablemos de otras cosas’.
Nacimos personas, no avestruces.