Hay personas que sostienen que los derechos sociales aparecieron así, de repente. Duendes verdecillos los fueron insertando en las leyes y las peores condiciones de esclavitud o miseria desaparecieron porque…bueno…porque ‘vamos avanzando’. Y las cosas… ‘mejoran’. A veces hasta se argumenta que tal o cual gobierno nos ‘lo dio’, magnánimamente; tras estas sesudas conclusiones la conversación se vuelve demasiado pesada y se zanja con un ‘bueno, bueno, hablemos de otras cosas’.
Así, cuando hay una huelga siempre hay un motivo para no ir, ¿una manifestación? Inimaginable. Ser un padefo (PasoDeFOllones) implica transcurrir por la vida aceptando todo retroceso colectivo que caiga encima, encogiéndose de hombros.
Buena parte de esta situación, que no toda, es responsabilidad de la ocultación de las victorias históricas que la clase trabajadora ha ido obteniendo. Si no recuerdas cómo se consiguen los resultados ¿cómo ser consciente de cómo hacerlo?
¿Cuántos trabajadores han oído hablar de La Canadiense? Muy pocos, y sin embargo, la jornada laboral de 8 horas existente hoy se debe a la lucha de los obreros de entonces.
Tras 44 días de Huelga, declaración del estado de guerra, asesinatos, miles de detenidos y la paralización del 70% de la indústria catalana, se dictó el decreto de 8 horas laborales. Ésta es su historia:
La Canadiense, cómo se pone a la burguesía contra las cuerdas.
8 trabajadores de la central eléctrica ‘La Canadiense’ de Barcelona fueron despedidos por crear un sindicato en la empresa. Sus compañeros, del departamento de facturación, rompieron todas sus plumas y tiraron la tinta, iniciando una huelga hasta que readmitieran a los despedidos. Después de ofrecer el Gobernador su mediación, los 117 trabajadores vuelven a su puesto de trabajo pero se encuentran a la policía que les impide el paso. Se producen disturbios y quedan todos despedidos, iniciándose la Huelga de La Canadiense.
Los trabajadores piden ayuda a la CNT, que acepta participar en el conflicto. Nuevos departamentos de la empresa se incorporan a la Huelga. En pocos días se recogen 50000 pesetas entre los trabajadores de Barcelona para la caja de resistencia.
El 23 de Febrero se unen a la huelga los trabajadores de Energía Eléctrica de Cataluña, la otra empresa eléctrica existente, un hecho que junto a sabotajes producen el apagón total de la ciudad. El día 26 se añaden los trabajadores del gas y agua. El 3 de Marzo una nueva central eléctrica en Sant Adrià va a la Huelga.
El general Milans del Bosch llama a la militarización de todos los hombres entre 21 y 38 años del sector de la electricidad, pero se encuentra con la desobediencia de cientos de trabajadores que acaban detenidos en el castillo militar de Montjuïch.
El 13 de Marzo la ciudad es ocupada por tropas, son detenidos varios comités de huelga pero son reemplazados una y otra vez por nuevos huelguistas. El 70% de la industria catalana se encuentra parada.
Un día después se firma el fin de la huelga con un incremento salarial, readmisión de despedidos, libertad de presos y la promulgación parte del gobierno 2 semanas después del decreto de 8 horas laborales para todos los trabajadores del estado. 20000 trabajadores en asamblea en la Plaza de toros de Las Arenas lo ratifican.
Pero el conflicto no se cerró en ese momento, la patronal quería cobrarse su venganza.
La no liberación de 5 anarquistas presos provocó una nueva huelga días después. El 23 de marzo el ejército ocupa de nuevo Barcelona registrando a todas las personas y rompiendo sus carnés de la CNT, se suspenden los derechos constitucionales y se aplica la ‘Ley de Fugas’ asesinando a un responsable sectorial del sindicato.
A finales de Marzo se constituye la Federación Patronal que tiene como primer acuerdo que todo trabajador despedido que quiera reincorporarse al trabajo debe entregar su carné de la CNT y acordar el sueldo individualmente. Se inicia una nueva huelga que concluye el 24 de Abril.
En Diciembre, la Federación Patronal realiza un cierre de sus empresas que sólo se levantará cuando los obreros entreguen sus carnés de la CNT. El 26 de enero de 1920 se pone fin sin que ni un solo trabajador haya renunciado a su afiliación.
Desde ese momento se inicia una fuerte represión patronal y militar.
Todas esas luchas nos muestran cuánto cuesta y cómo frenar a la oligarquía, cuantos esfuerzos y sufrimientos se pusieron y se han de poner en juego. Ese es el camino a seguir y estos son los esfuerzos que revientan todos los que no valoran cada pequeño resultado conseguido.
Desde intentar el cambio social hasta para poner freno al más pequeño retroceso, todo se consigue de la misma forma: lucha decidida en la calle.
Nacimos personas, no avestruces. Recordemos La Canadiense.