Iberdrola un agente estratégico del capitalismo, desempeña una función bien precisa, que es concentrar propiedad, recursos y riqueza, en detrimento de la mayoría de la población. Sustentado por el poder político, que aprueba unas tarifas de las más altas del mundo, y que les recompensa con jugosos puestos en la alta dirección, impone a los indefensos usuarios un “saqueo público planificado” para aumentar la riqueza de una minoría, donde no cabe el más mínimo recurso, gracias una red bien planificada, de contratas y subcontratatas preparadas para burlar las reclamaciones del cliente.
Iberdrola, se jacta de haber obtenido los mayores beneficios de la historia, mientras paralelamente, en el Estado Español, la pobreza y el desempleo han aumentado, los desahucios son un drama diario, etc. El alto grado de rentabilidad de la empresa se produce, en parte, debido a las tarifas desproporcionadas que están obligados a pagar millones de personas.

















