Hay unanimidad en nuestros expertos. Populares y socialistas, y todos sus agentes de influencia en la prensa y las televisiones, lo tienen claro. Si Mélenchon no da la orden de apoyar a Macron su formación estará haciendo el juego a la extrema derecha desde la extrema izquierda. No valen ni el voto el blanco ni la abstención.
Confundir causas con efectos y viceversa es algo habitual en la atropellada vida cotidiana. Una confusión que, aunque limita nuestra percepción del mundo circundante, no suele implicar mayores trastornos. Salvo que esa práctica se instale como rito en el universo político. Entonces estamos siendo víctimas de un deliberado experimento de alucinación masiva. Una especie de doma instada desde los poderes fácticos mediante el manejo de significantes y significados al margen de la realidad, fomentando espejismos y auspiciando falsas expectativas.