Marruecos está utilizando las avalanchas de las personas migrantes para presionar a la Unión Europea para satisfacer sus intereses económicos. Así, Aziz Ajanuch, ministro de Agricultura de Marruecos, advertía a la Unión Europea de la necesidad de “clarificar su posición” y de “terminar con las discordancias”, refiriéndose a la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 21 de diciembre de 2016.

Esta sentencia fallaba a favor del pueblo del Sahara Occidental, sentenciando que los acuerdos entre la UE – Marruecos no podrán aplicarse (Acuerdo de Asociación, Acuerdo de Liberación de la Agricultura, Acuerdo de Pesca, etc.) sin el consentimiento del pueblo saharaui. Tampoco se podrá entregar una sola licencia de pesca en virtud del acuerdo pesquero a un buque europeo situado frente a la costa saharaui.

Este ministro Marroquí amenazaba a la Unión Europea con nuevas y programadas avalanchas de migrantes: “¿Cómo queréis [los europeos] que hagamos el trabajo de bloquear la emigración africana y hasta la marroquí si hoy Europa no quiere trabajar con nosotros?”, “¿Por qué vamos a seguir haciendo de gendarmes y darles empleo a los africanos establecidos en Marruecos? , “El problema de la emigración es muy costoso para Marruecos y Europa debe apreciarlo en su justo valor”.

Tras las declaraciones del ministro de Agricultura de Rabat, el propio Gobierno hizo público un comunicado aún más duro en el que pedía a Europa que desatendiese las sentencias judiciales de sus instituciones, bajo pena de «poner en riesgo el control de los flujos migratorios» . Tras estas declaraciones comenzaron los incidentes en la valla, con un aumento paulatino de inmigrantes irregulares que conseguían acercarse hasta la frontera y protagonizar saltos masivos de la valla.

Los medios de comunicación esconden las razones de estas avalanchas y no dejan de bombardearnos que estas personas migrantes van armados con cizallas y mazas, actuando de forma violenta, cuando los que realmente van armados y actúan violentamente son los efectivos de la Guardia Civil.

Las imágenes que hemos visto estos días en los canales de televisión de los más de 1.000 migrantes subsaharianos que han cruzado el paso fronterizo que separa Marruecos de Ceuta tras superar la valla de concertinas, nos han presentado a personas fuera de si, en tono amenazador, cuando lo que realmente expresaban con sus gestos era la alegría desborde al conseguir el objetivo duramente perseguido.

Estas personas suelen llevar meses e incluso años intentado saltar la valla, en los alrededores del Monte Gorugú cercano a la frontera en condiciones durísimas de vida y con el acoso constante de la policía Marroquí, que actúa de control fronterizo pagado por la Unión Europea.

La Unión Europea y los países occidentales, han desarticulado y explotado de manera colonialista a casi todos los demás países del mundo durante siglos e incluso, los siguen desarticulando y provocando guerras de rapiña, no pueden impugnar el derecho a la libre circulación de las personas sin incurrir en un gran contradicción, con el agravante de que establecen leyes de extranjería y convierten sus fronteras en murallas asesinas cazamigrantes.

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