Vemos indispensable que para cualquier convocatoria de huelga, movilización o en lo referente a definir las reivindicaciones que se llevarán a una supuesta mesa de negociación se ha de contar con la participación directa y activa de todos los trabajadores y trabajadoras -a través de un proceso asambleario-. De hecho, además de los sindicatos, nosotras, como clase trabajadora, asumimos nuestra responsabilidad e incluso, a veces culpa, de parte de lo que está pasando en nuestro sector.
Las convocatorias de movilización han de ser lo más plurales y unificadas posibles (de sindicatos, uniendo a todos los movimientos y asociaciones vinculadas con la educación, tomando en cuenta a padres, madres y alumnado, trabajadores de los Servicios Sociales, así como a la plantilla de la educación privada/concertada), dejando de una vez la eterna pelea política de unos sindicatos y otros. Por un lado, demostraríamos frente a la administración una gran fuerza. además, las movilizaciones parciales y divididas no traen a la clase trabajadora más que cansancio, desesperación, lejanía para con la lucha sindical y, por tanto, lo que más tememos, que es la desmovilización total.