¿Sabías que… – el Estado español es el único país occidental donde una entidad empresarial como es la Mutua tiene el poder de decidir inicialmente si una lesión o enfermedad tiene o no, el carácter de laboral? – las Mutuas ocultan el origen laboral y minimizan la gravedad de la mayor parte de las enfermedades o accidentes profesionales? – las Mutuas solamente buscan cuando estamos de baja, la reincorporación laboral lo antes posible para que seamos más productivos? – las Mutuas utilizan tratamientos de choque para nuestra rápida vuelta trabajo, aunque no sean los más seguros, y realizan pruebas innecesarias frente a otras menos costosas y oportunas? – menos del 14% de las propuestas de alta de las Mutuas en casos de baja común son adecuadas desde un punto de vista clínico? – las Mutuas buscan acceder a nuestro historial clínico del sistema público de salud. Esto facilitará el empeño de las mutuas de buscar causas extra laborales para negar el origen de múltiples daños derivados del trabajo?
En el Estado español el 80% de los jóvenes vive con sus padres y más de un tercio de ellos está en riesgo de pobreza
El estudio, presentado por el sociólogo Joffre López y el responsable del área socioeconómica del CJE Víctor Reloba, analiza el primer semestre de 2015 con estadísticas oficiales y llega a la conclusión de que este «no es país para jóvenes», el colectivo «que más riesgo de pobreza y exclusión social tiene en la actualidad» y el que pasa más desapercibido.
Sobre este asunto, el informe revela que el 36,4% de los jóvenes entre 16 y 29 años se encuentran por debajo del umbral de la pobreza, tasa que alcanza al 56,8% de quienes están en paro pero también al 25,1% de los que sí están trabajando. «Hay pobreza laboral. El trabajo ya no es una garantía de inclusión en la transición a la vida adulta», ha explicado Reloba.
En las personas entre 30 y 34 años de edad, la tasa de pobreza o exclusión social se sitúa en un 30,1% que llega al 62,5% entre quienes están en paro y al 27,7% de los que están ocupados. No en vano, el 64,1% de la población menor de 30 años no percibe salario alguno y en el 18,1% de los hogares en que viven no hay ninguna persona que esté ocupada.