Hace tan solo un año, la jornada laboral de cuatro días parecía algo lejano, un sistema laboral utópico que creíamos imposible de aplicar en nuestro país y con notable oposición por parte de los empresarios. Hoy, sin embargo, es la revolución que están llevando a cabo multitud de empresas por todo el mundo. Desde el proyecto piloto de Telefónica hasta la reforma de ley en Bélgica, el mundo se ha echado en brazos de nuevas formas para mejorar la productividad y reducir el agotamiento de los empleados: trabajar menos días no es rendir menos.
