“Quién lucha, puede perder. Quién no lucha, ya perdió”, se puede leer en una gran pancarta. La frase de Bertolt Brecht está escrita en una esquina de la lona, en la que se bautiza la acampada como el “campus de la dignidad”. A las puertas de la planta de Airbus en Puerto Real, una treintena de empleados resiste y mantiene una protesta que durará hasta que “se garantice el empleo”.
