Ya comienzan las entidades bancarias a sacar pecho y airear al mundo mundial sus buenísimos resultados, a pesar del reguero de cadáveres desempleados que van dejando a su paso y que ¡oiga!, esos buenísimos resultados se deben en mucha gran medida por el “ahorro” de personal, la reducción de oficinas y el deterioro evidente de la atención al cliente.
