La raíz de la opresión del colectivo reside en una ideología machista, por la cual se divide a la humanidad de forma binaria entre mujeres y hombres atendiendo a su genitalidad, donde, además, la mujer sería inferior al hombre. Así, esta ideología machista, de la que se vale el capitalismo para dividir a la clase trabajadora y escalar su explotación, jerarquiza a las personas, combinada con la ideología racista, por una cuestión de origen étnico, identidad de género y orientación sexual.
Dentro del colectivo LGTBIQ+ hay personas de todas las etnias: personas disidentes del sistema binario de género, (englobando a todas las identidades trans), mujeres (incluyendo como mujeres doblemente oprimidas a las mujeres transgénero), y personas no heterosexuales que desafían el modelo en el que se ha asentado el capitalismo según el cual la sociedad debe organizarse en núcleos familiares hombre-mujer (donde la mujer acarrea con la carga doméstica) que aseguren la herencia de la propiedad privada a la siguiente generación. Por este motivo, la lucha por la liberación del colectivo LGTBIQ+ es primordial para combatir el sistema capitalista que nos explota y oprime.