(Albert Einstein)
Parece de inocentada. Pero solo es un escrutinio de vértigo. Un salomónico y funambulista fifti fifti. El bloqueo provocado por la votación sobre la investidura de Artur Mas realizado por la CUP es lo peor que podía pasarle a la única formación autodeterminacionista capaz de distinguir entre Estado y Nación.
Nada resulta más dañino para sus expectativas políticas que esa fractura en dos mitades. Porque ataca donde más le duele: en la prosopopeya de la “unidad popular”. Y si el dicho romano “divida y vencerás” tiene algún peso en esta coyuntura, mucha sagacidad tienen que derrochar sus integrantes para salir indemnes de la corrosión que tal desmembración univitelina incuba.