Hace ya 72 años que la Nakba (catástrofe) define el asesinato de miles de personas palestinas, la destrucción de sus pueblos y aldeas, la expulsión y exilio de aproximadamente 750.000 personas, el robo de territorio por la fuerza de las armas y el inicio de la colonización sionista del pueblo palestino.
El día 14 de mayo de 1948 Ben Gurión declaró públicamente el nacimiento del Estado de Israel, con el apoyo explícito de Gran Bretaña, responsable del mandato británico de Palestina (1923 a 1948) y que al día siguiente, 15 de mayo de 1948 abandonó oficialmente el terreno, así como la complicidad de la comunidad política internacional que, sin tener en cuenta la oposición de la población autóctona palestina, reconoció al nuevo y usurpador Estado.
A partir de la creación del estado sionista sus ataques se incrementaron exponencialmente tanto en cantidad como en intensidad. Lo señalamos como genocidio porque se trataba de vaciar de palestinos y palestinas y apropiarse del mayor territorio posible. Esta misma semana, de nuevo ha sido asesinado un joven palestino de 15 años por el ejército israelí durante la visita de estado de la Administración estadounidense que continua apoyando el genocidio y la ocupación que ahora quiere anexionarse el 30% de Cisjordania en su difundido “Acuerdo del siglo”.
Los medios de comunicación hoy no hablarán de la Nakba, ni de la vulneración continua de derechos humanos, ni de los intereses económicos y geopolíticos que se disputan las grandes potencias económicas al margen del Pueblo Palestino.
Desde CGT seguiremos perteneciendo públicamente al Movimiento de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) contra el Estado de Israel a pesar de sus intentos de ilegalización en los Estados donde el sionismo impone su poder. Recordemos las campañas contra empresas de capital español que se están lucrando directamente de esta ocupación como lo hace CAF, PUMA o multinacionales como AXA. Igualmente continuamos defendiendo los “espacios libres de Apartheid” como CGT.
Por ello exigimos:
- El fin de la ocupación de Cisjordania.
- El levantamiento del asedio a Gaza.
- La destrucción del muro del apartheid.
- La aplicación del derecho al retorno de las personas refugiadas.
- La búsqueda e implementación de soluciones ajustadas a los deseos de toda la población, sin injerencia de intereses ajenos.
No queremos terminar este comunicado sin dedicar una mención especial a las organizaciones sindicales palestinas que día a día arriesgan sus vidas y la de sus familias como la Unión de Trabajadores del Servicio Palestino de Correos (PPSWU) para seguir haciendo frente al capitalismo y sus violencias en Palestina.