Bruselas cede, tras una reunión secreta, a las exigencias del lobby del automóvil sobre emisiones

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Vista de las últimas novedades exhibidas en el reciente motor show de Ginebra. /REUTERS

MADRID.- Una reunión secreta entre un representante del lobby del automóvil y otro de la Comisión Europea; una estrategia de presión que parte del reconocimiento de ese encuentro, y varios acuerdos sobre la futura regulación que afectará a todos los europeos en materia de emisiones.

En parte, estos entendimientos son meras puestas en escena, ya que existe un principio de acuerdo entre Bruselas y las corporaciones sobre los nuevos controles de emisiones contaminantes, pero los quiebros y las nuevas ofertas de estas empresas ya estaban orquestados. Todo, apenas unos meses antes de la salida a la luz del fraude de las emisiones de Volkswagen, también conocido como Dieselgate, que lejos de apagarse sigue consumiendo lentamente al buque insignia de la industria alemana.

El Observatorio Corporativo Europeo (CEO) publica este miércoles un documento de la Asociación de Fabricantes de Automóviles Europeos (ACEA) al que PÚBLICO ha accedido en exclusiva en España, y que sintetiza la estrategia a seguir por parte de este grupo de presión para influir en la regulación de los nuevos test de Emisión Real durante la Conducción (RDEs). Y, tal y como asegura Pascoe Sabido a este diario, el documento filtrado viene a demostrar que “la cercanía con la que trabajan la Comisión y los lobbies es peligrosa para los intereses de los ciudadanos”. Sabido es uno de los investigadores del CEO dedicados a analizar este texto para desgranar las “estrategias sofisticadas e integrales” de las empresas, que según este organismo “persiguen retrasar la entrada en vigor de los nuevos test de emisiones y hacer que sean menos estrictos”.

El Observatorio Corporativo Europeo (CEO) publica este miércoles un documento de la Asociación de Fabricantes de Automóviles Europeos (ACEA), al que ha accedido ‘Público’ en exclusiva

En concreto, la presentación de Power Point remitida al inicio de 2015 por el lobby a varios de sus integrantes recoge las cuatro ofertas, las cuatro posiciones que está dispuesto a asumir el sectorrespecto a distintos aspectos puramente técnicos de estas pruebas. También las posiciones de partida de Bruselas, que en varios casos coinciden con las de las empresas. En otros casos, como el de la temperatura ambiente a la que deben realizarse estas pruebas, se observa como ACEA se ha desplazado hasta la segunda posición que contemplaba en su estrategia, pero en lo que respecta al parámetro velocidad máxima y a otros ejemplos, Bruselas y el lobby coinciden desde el principio.

Las diferentes diapositivas recogen también las largas listas de peticiones del lobby del motor, frente a las escasas reivindicaciones del Ejecutivo europeo

Las diferentes diapositivas recogen también las largas listas de peticiones del lobby del motor, frente a las escasas reivindicaciones del Ejecutivo europeo, que a juicio de los analistas permite asegurar que todo lo que rodea a los nuevos test RDE esté plagado de lagunas de las que pueden servirse las empresas.
Sabido sólo rompe una lanza en defensa de Bruselas en lo que respecta a los factores de conformidad, pero recuerda que el lobby cuenta con la premisa de que la Comisión no siempre accederá a sus demandas, y por eso abre un nuevo frente de presión directa sobre los estados miembros, como prueban los eventos planificados en la presentación filtrada.

Entre estos países, el análisis recoge que España es una de las fervientes defensoras de los intereses de la industria, ya que las fábricas de SEAT y Volkswagen en territorio español emplean a cerca de 17.000 personas. “La propuesta de España sobre la temperatura de la prueba es un calco de la de la Comisión” asevera el investigador. Varios grupos ecologistas han asegurado que España ha defendido las posiciones de ACEA, como las que respectan a las condiciones límite de estos test, “idénticas a las de ACEA”, según Sabido.

El análisis recoge que España es una de las fervientes defensoras de los intereses de la industria, ya que las fábricas de SEAT y Volkswagen en territorio español emplean a cerca de 17.000 personas

El informe del CEO apunta también que Bruselas podría evitar enfermedades y muertes prematuras motivadas por la exposición a estas emisiones si realmente tuviera interés en tomar medidas contundentes, y asegura que el Ejecutivo Comunitario conocía la realidad sobre la falta de rigor de estos test desde el año 2011.

El hecho de que la Eurocámara respaldara a principios de este mes que los vehículos diesel sometidos a nuevos test en carretera puedan doblar el límite de emisiones hasta finales de 2019, que la Comisión de Investigación Parlamentaria sobre el Dieselgate acabe de echar a andar o que la reunión secreta tuviera lugar en un momento crucial para empezar a decidir sobre los nuevos test sirven para echar más leña al fuego, en opinión del CEO.

El silencio de Bruselas sobre la reunión

La segunda página de la presentación recoge el encuentro del 11 de enero de 2015 entre el director de Emisiones y Combustibles del lobby, Paul Greening, y el funcionario político Nikolaus Steininger, de la Dirección General de Mercado Interior, Industria Emprendimiento y Pymes (DG GROWTH). El análisis publicado por el CEO asegura que han preguntado a la Comisión por este encuentro, que no aparece en la agenda oficial, pero la única respuesta de Bruselas pedía a los investigadores que confirmasen si se referían a un evento celebrado en la fecha especificada, ya que coincidió en domingo. “La Comisión no dice nada. Hemos pedido información pero lo retrasan en el tiempo”, asegura Sabido, que explica que el carácter “informal” de este encuentro ha facilitado que quede fuera de la agenda oficial.

La excusa de la técnica para tomar decisiones políticas

Hasta la fecha, la Comisión ha defendido sus reuniones con los lobbies asegurando que requiere de su asesoramiento meramente técnico, pero el análisis del CEO recuerda que las corporaciones no son espectadores objetivos, sino facciones con intereses claros. “No se puede separar lo técnico de lo político cuando esto va a suponer un cambio en un balance de beneficios”, sostiene Sabido.

El informe del CEO, que insiste en señalar a la Comisión como corresponsable de los daños a la salud y al medio ambiente causados por las emisiones, pide a Bruselas luz y taquígrafos en adelante: que celebre audiencias públicas en lugar de encuentros privados con las empresas y que recurra a otros mecanismos que garanticen la transparencia. ” La industria debería ser regulada por la Comisión, y sin embargo Bruselas le está ayudando a ejecutar su estrategia”, zanja Sabido.

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