No es la fatalidad ni tampoco la precariedad, es la patronal de la fábrica Cables y Alambres del grupo Vicinay la que el martes dejo sin vida a un trabajador vecino de Leioa de 41 años, casado con 2 hijos, que quedó atrapado por una encarretadora de alambre. La gravedad de sus heridas provocaron finalmente su fallecimiento en el hospital de Cruces en la madrugada de ayer.
Este nuevo crimen, que se describe en un lenguaje anestésico como “accidente laboral“, seguramente como la inmensa mayoría quedará impune, porque rara vez ocurre que los accidentes laborales sean simples “accidentes”, pues sus causas suelen ser: la presión ejercida por los mandos de la empresa sobre los empleados por las restricciones horarias o de recursos, el mal diseño o mantenimiento precario de los equipos, la ausencia o falta de solidez de las medidas básicas de seguridad o la precaria situación y baja cualificación del trabajo.