De nuevo la ciudadanía toma la calle para protestar por las fechorías que, quienes dicen representarla, cometen en su contra; en este caso recortando las prestaciones en sanidad porque no hay dinero para aeropuertos sin aviones y hospitales y hay que recortar gastos cortando por lo sano: la sanidad.
Parece que fué ayer cuando todo el mundo estaba indignado porque los gobernantes repartían a diestro y siniestro el dinero que se había recaudado de los impuestos de quienes nos ganamos la vida con nuestro trabajo para «salvar» una banca que se iba a pique. ¿Hoy no nos queda para aspirinas?