La armonización de las normas entre EEUU y la Unión Europea trae consecuencias irreparables en la vida y cuerpos de las mujeres.
La reducción de los derechos laborales y la privatización de los servicios públicos traerá la precarización del empleo en las mujeres, el aumento de la feminización de la pobreza, el incremento de la inequidad entre mujeres y hombres, entre individuos y culturas y el aumento del tiempo en la dedicación de las mujeres a las tareas de domésticas y de cuidados, perpetuando la reproducción de roles patriarcales.
El apoyo a trabajadoras y trabajadores con responsabilidades familiares, a trabajadoras del hogar, las prestaciones, el derecho a la lactancia, la conciliación laboral y la vida personal podrían desaparecer y la diferencia salarial a igual empleo (actualmente las mujeres cobran de media un 35,6% menos que los hombres en Hego Euskal Herria) aumentará.