Ante el éxito inesperado en cuanto a participación y calidad de debates en el primer encuentro el año pasado, se decidió organizar un segundo encuentro en uno de los países de la geografía ibérica. Ya no cabe duda de que el capitalismo arrasa tanto con la sociedad que ha forjado a su medida como con la naturaleza que la cobija.
No se necesita ser un experto para prever en los años venideros un colapso generalizado de ese capitalismo por su propia lógica productivista que le lleva a una incapacidad progresiva en cuanto a la valorización del valor -pese a que los descalabros ecológicos que provoca, a su vez generen un mercado verde en ascenso- y por el paulatino agotamiento de la energía y de las materias primas.
Por consiguiente, el Estado moderno, como categoría número uno del capital para abrir nuevos mercados y apaciguar las guerras de clases subyacentes que genera, se verá mermado para mantener el “estado de bienestar”, por lo que tendrá que incrementar la violencia de su fuerza represiva. Hace tiempo que Bookchin advertía que de no hacer lo imposible, nos enfrentaríamos a lo inconcebible.