Octavio Alberola tiene 89 años y vive en Perpiñán con su compañera, Ariane Gransac, también militante del movimiento libertario y autora del libro Prision de femmes y coautora, con Alberola, de El anarquismo español y la acción revolucionaria.
La actual residencia de Octavio es el resultado de un temprano exilio en México tras la Guerra Civil y el traslado posterior al hexágono francés en la década de los 60, para incorporarse a la clandestinidad y contribuir a Defensa Interior ( DI). El Movimiento Libertario (CNT-FAI-FIJL) creó este organismo idóneo en un momento en que el anarquismo social continuaba siendo el enemigo público número uno de la dictadura franquista.
Era una época convulsa, marcada por la muerte de Quico Sabaté y el final de la actividad de los maquis. El PCE-PSUC hacía tiempo que se había alejado de la lucha guerrillera y infiltraba a los sindicatos verticales franquistas y, mientras tanto, Defensa Interior debutaba en 1962 con dos bombas en la Rectoría General Castrense de Madrid y una joven ETA celebraba en Bayona (Lapurdi, Iparralde, Pirineo Atlántico, Nueva Aquitania, Euskal Herria) la Primera Asamblea y empezaba a caminar.