Con el premio Princesa de Asturias a la Concordia 2020, concedido al personal sanitario, se quiere ocultar que los Servicios públicos están deteriorados, en cuanto a la calidad ( Falta de plantilla, improvisación de recursos, falta de seguridad, etc ), altas tasas de temporalidad, congelación salarial, bajos salarios y externalizaciones, subcontrataciones, concursos, conciertos y convenios económicos para facilitar tanto a la sanidad privada como a los negocios de las empresas privadas.
Se quiere ocultar la absoluta falta de previsión de los gobiernos así como la absoluta falta de recursos y medios en la sanidad pública.
Se quiere ocultar la dantesca situación que han sufrido el personal sanitario, expuestos a una alta y agresiva carga viral, haciendo frente a largas jornadas de trabajo sin contar, en ocasiones, con el equipamiento y los medios materiales adecuados.
Se quiere ocultar lo ocurrido a las personas trabajadoras y usuarias en las residencias de la tercera edad, la precariedad en los servicios sociales y de atención a la dependencia y los riesgos que ha corrido el personal de los servicios públicos obligados a trabajar sin medios de protección al inicio del estado de alarma.
Se oculta la incertidumbre de las personas contratas y subcontratas que no conocen si se les va a renovar o no sus contratos de trabajo. En definitiva se oculta, que en nuestra sociedad se sigue sin dar respuesta desde lo público a las necesidades de cuidados de las personas dependientes.
Se oculta el gran papel jugado en esta pandemia por el personal de limpieza y mantenimiento, generalmente subcontratado y con bajísimos salarios que también se han expuesto al contagio del Covid-19. Este trabajo debe ser reconocido con la reversión de este personal al sistema público.
LO PUBLICO NO SE VENDE, LO PUBLICO SE DEFIENDE