Salud Compañeros y Compañeras,
Estamos viviendo un tiempo en el que asuntos de la máxima importancia para la Clase Trabajadora se ven abandonados e ignorados por los «poderes» que dicen y presumen ser garantes de los mismos.
La vida de los Trabajadores y Trabajadoras de este país, su protección frente a los desmanes de empresarios y empresarias sin escrúpulos, los modelos productivos deshumanizados y aberrantes constituyen un constante atentado contra nuestra vida, nuestra seguridad y contra nuestro futuro y el de nuestras personas queridas.
Más de 41.000 muertos en los puestos de trabajo o por causas directamente vinculadas al trabajo (accidentes en desplazamientos, enfermedades profesionales, etc) reconocidos por las propias estadísticas de las administraciones a lo largo de varias décadas, sin contar con el inhumano número de invalideces, secuelas permanentes, trastornos psicológicos y carga por estrés, entre otras consecuencias, quedan constantemente impunes y liberan a los máximos responsables de cualquier consecuencia.
En España, durante el año 2022, se registraron 653.510 accidentes de trabajo. Mientras la media de la Unión Europea muestra una tendencia decreciente de accidentes mortales y no mortales entre 2010 y 2019, los datos de España reflejan un empeoramiento del índice de incidencia con resultado mortal.
No es concebible un mundo en el que, por el mero hecho de ser Trabajador o Trabajadora, estemos expuestos a la siniestra lotería que supone la situación actual.
Como anarcosindicalistas podemos y debemos oponernos a esta continua sangría. Podemos y debemos exigir las responsabilidades de cada cual hasta sus últimas consecuencias. Podemos y debemos exigir una dotación de medios suficiente a las diferentes administraciones. Podemos y debemos salvaguardar ese «bien más preciado», la Libertad y, por tanto, la Vida, nuestra Vida, para ser libres.
Durante el primer semestre de este año los accidentes mortales hayan aumentado un 10%. En este dato tienen mucho que ver las prolongaciones de jornada (horas extras) que se realizan, y que por ejemplo en algunos casos conlleva que se deje de utilizar el transporte colectivo que en muchas empresas está disponible.
A lo que se suma el estrés de poder perder puestos de trabajo con pocas garantías en derechos laborales; y que hacen un caldo de cultivo perfecto para que el número de accidentes se dispare. Un accidente de trabajo se define como un suceso durante el curso del trabajo, que conduce a un daño físico o mental. Se dan en muchas profesiones, desde la extinción de incendios, la construcción, la conducción profesional, el trabajo con altas temperaturas y productos tóxicos o el trabajo doméstico y de cuidados. Nuestro sindicato siempre ha trabajado para mejorar las condiciones de vida y de salud de la clase obrera.
Los accidentes laborales no solo se pueden evitar con la precaución que ha de tener la persona trabajadora, la cual ha de estar formada correctamente por parte de la empresa para que se exponga al menor riesgo posible al realizar su trabajo; sino que se evitan con inversión tanto pública como privada, con planes de prevención efectivos, que miren por la vida y la salud de las personas trabajadoras y no por los intereses económicos de las empresas.
A esto se suma en nuestro país la no aplicación de los Coeficientes Reductores aprobados en 2011 por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Un Real Decreto que ha quedado en papel mojado y que supone el retraso de la edad de jubilación para profesiones de riesgo para la salud. Un atropello que hace que muchas y muchos trabajadores trabajen cuando han perdido una parte importante de su capacidad motora. Por todo esto, el próximo día 24 de octubre vamos a iniciar la campaña estatal contra la Siniestralidad Laboral.
Solidaridad y Apoyo Mutuo.