Gestamp: una fábrica inteligente para la industria 4.0

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La planta catalana de Abrera incorpora la Industria 4.0 para mejorar la producción de piezas de automoción. Gestamp tiene dificultad para encontrar los profesionales que demanda la Industria 4.0. La digitalización está mejorando un 10% la disponibilidad de los procesos productivos.

 

 

En la fábrica catalana de Gestamp de Abrera construyeron un centro de I+D junto a la nave en la que se desarrollan las actividades industriales. Sus puertas no estaban enfrentadas y para pasar de un lugar a otro había que bordear los edificios. Para resolver este inconveniente, en la empresa convocaron un concurso de ideas y la ganadora fue una pasarela de aspecto futurista que conecta los pisos superiores de ambas construcciones. Desde entonces, los investigadores acceden en unos pocos pasos a la fábrica y los operarios lo tiene igual de fácil para llegar al área de investigación. Esta reducción de distancias entre la I+D y la fabricación no deja de ser simbólica, pero en la empresa aseguran que también se nota en el día a día.

Enclavada en la localidad de Sant Esteve Sesrovires, a unos treinta kilómetros de Barcelona, esta fábrica se dedica a producir piezas de chasis y carrocería para la automoción. Nació a finales de los años noventa para nutrir a la planta de Seat en Martorell, pero en la actualidad suministra a otras muchas en España y otros países. Emplea a 252 personas y tiene una superficie de 56.000 metros cuadrados.
De sus puertas salen 29 millones de piezas al año. Las planchas de metal transitan por los lineales como si fuesen de papel. Allí se las agujerea, troquela y ensambla con aparente sencillez. Un bosque de brazos robóticos eleva las piezas, las gira, trata y coloca con precisión a enorme velocidad. Todo parece sencillo, y eso es lo más sorprendente cuando se trata de fabricar el caparazón de vehículos para Nissan, Ford o Seat.

El gerente de la planta, Toni Carrera, explica que la demanda de los fabricantes de automoción es eleveada y que las instalaciones se encuentran a pleno rendimiento. “Así es un día normal. La única novedad de hoy es que hemos avisado de que hay visita y hay que tener cuidado con la circulación de carretillas”.

La planta se dedica, entre otras cosas, a la estampación en frío y en caliente. En el segundo de estos procesos Gestamp es número uno mundial. Eso le sitúa en una excelente posición para aprovechar la ola de externalizaciones en carrocería en la que se encuentran inmersas compañías como Volkswagen, PSA o BMW. Tienen mucho que invertir en el coche eléctrico y, al ceder actividades, están abriendo un mercado a los proveedores de cerca de 20.000 millones hasta 2025, según un informe de Roland Berger. Una enorme oportunidad.

En la estampación en caliente se alcanzan temperaturas de 900 grados centígrados. Eso se nota en el ambiente de la fábrica, donde los operarios trabajan pertrechados de ventiladores para sobrellevar la temperatura ambiental, de 28 grados. El calor tiene mucho que ver en lo que pasa ahí dentro. Las piezas son una aleación de acero y aluminio. Si el primero se funde a los 1.200 grados, el segundo lo hace a los 600. Por eso, se busca un punto medio, en el que las partículas de aluminio se funden y salen a la superficie de la chapa. Así se evita la corrosión en el producto final y se logran unas piezas más resistentes, de mayor calidad y con una forma más sofisticada. Gestamp ha ido más allá de la estampación en frío, del golpe de troqueladora, y eso le ha dado fama mundial en el sector.

‘Smart factory’

En realidad, la fábrica de Abrera no es especial por lo que hace, sino por cómo lo hace. Este complejo, uno de los 105 de los que dispone Gestamp en todo el mundo, está considerado de tamaño medio. Sin embargo, hay algo que lo hace especial. Es una smart factory. Aquí ha llegado la conocida como Industria 4.0 con sus sensores, algoritmos y científicos de datos. Lo ha hecho de la mano de Siemens, que se ha encargado de desplegar los equipos que monitorizan al milímetro miles de variables para obtener información sobre los procesos industriales y anticiparse a posibles incidencias.

“Tenemos 3.000 sensores que procesan datos en milisegundo”, asegura una de las responsables de digitalizar el complejo, Laura Viñolas, directora técnica de Industria 4.0 de Gestamp. En la mano lleva el móvil en el que recibe toda esta información, convenientemente ordenada para diagnosticar cualquier dolencia fabril. “Cualquier operario en cualquier parte del mundo puede acceder a información sobre los procesos en tiempo real y contribuir en la resolución de problemas”, asegura.
Abrera es una smart factory, pero sin perder las formas. Allí hay ruido y los operarios se cubren con orejeras. Para comunicarse con su guía, el visitante debe utilizar auriculares. Sin embargo, la digitalización encuentra su hueco entre tanta vorágine. Los trabajadores tienen cerca una pantalla que muestra información muy parecida a la que está llegando a los móviles y tabletas de los ingenieros y directivos de la empresa.
“Para cada tipo de función existe un tipo de información relevante”, explica Carrera. Al operario no le interesa la misma información ni la misma presentación que a un técnico de mantenimiento ni que a un científico de datos. Cada uno recibe lo que resulta más útil para su desempeño. “Hay que dar más herramientas a las personas para que los procesos sean más eficientes”, afirma Viñolas.
Los datos son una jungla de números que hay que cribar, empaquetar, ordenar, jerarquizar y, llegado el caso, eliminar. Entre tanta abundancia, mucha información acaba en el vertedero. Gestamp calcula que cada día recibe 70.000 millones de datos sobre sus procesos industriales. La mayoría no aporta gran cosa, pero contribuye a conformar un gigantesco dibujo sobre su actividad. “Al principio manejábamos 6.000 variables, que ahora han quedado reduciadas a unas 3.000”, señala el gerente de la fábrica. También es habitual que se descarten proyectos. Esto es un negocio y la orientación hacia la eficiencia y los resultados resulta crucial.
El director de Estandarización y Fabricación Avanzada del grupo, René González, transmite el entusiasmo de la compañía con el nuevo paradigma tecnológico. “Vemos mucho valor a largo plazo. En términos económicos, es un valor alto”, afirma.
En estampación en caliente, el control digital está permitiendo mejorar en un 10% la disponibilidad de los procesos productivos. Esta variable es una de las que se utiliza en el conocido como OEE, que es el indicador industrial que mide la eficiencia tras valorar aspectos como la velocidad, la calidad o el rendimiento de las máquinas.
¿Una amenaza para los trabajadores? Los responsables de tecnología de Gestamp lo niegan. González cita el caso del operario al que los responsables de digitalización acudían para contrastar sus conclusiones con la opinión de un trabajador con años de experiencia a pie de máquina. “Ahora es el responsable de toda la fábrica”, señala. Lo que sí preocupa a los directivos de Gestamp es la dificultad para reclutar el nuevo tipo de talento profesional que demanda la digitalización.

En los corredores de la fábrica pueden leerse los cinco principios, las 5 S, que marcan las pautas de los operarios:seleccionar, situar, sanear, ‘standarizar’ y sistematizar. Todos ellos configuran una metodología con la que lograr más eficiencia. Dentro de la planta, conviven tres innovaciones de las que Gestamp está especialmente orgullosa. Una de ellas es la estampación en caliente, que le ha dado prestigio internacional. Otra es una prensa ‘multi step’, que trabaja hasta seis veces más rápido al realizar tareas simultáneas. La tercera son las soldaduras mediante plasma.

 

De un vistazo

  • La planta de Abrera se inauguró en 1996, en un primer momento para suministrar piezas a Martorell.
  • Si al inicio de su actividad tenía 4.000 metros cuadrados, ahora supera los 56.000 y emplea a más de 250 personas.
  • Fabrica piezas para modelos como el Nissan Juke, el Ford Kuga, el Ford Focus, el Nissan Qashqai, el Audi Q3, los Seat Ibiza y León o el Fiat 500.
  • La planta dispone de tres turnos de trabajo y monitoriza en tiempo real su consumo de energía.

Fuente de información: diario expansion.com

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