Los sindicatos de Mercedes, a la greña

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A pesar del momento histórico que se vive en la planta alavesa de Mercedes Benz con la previsión de alcanzar este año su cifra más alta de producción -el dato anunciado es 127.800 vehículos Vito y Clase V, pero de puertas adentro ya consideran que la fabricación será todavía mayor- y la realidad de contar en la actualidad con una plantilla de más de 4.500 trabajadores -el dato más alto de los últimos tiempos-, las aguas bajan revueltas en el comité de empresa y, en consecuencia, entre los diferentes sindicatos con presencia en la factoría.

Poco, o nada, queda de esa unión que hizo posible en otoño de 2011 la firma del anterior convenio -perdió su validez en diciembre-, clave para el futuro de la principal industria vasca, ya que la dirección de la multinacional en Alemania adjudicó a Mercedes-Vitoria el desarrollo y la fabricación del nuevo modelo VS 20 para montar la nueva furgoneta Vito y el lujoso monovolumen Clase V, sustituto del Viano.

Entonces, las centrales UGT, CC OO, Ekintza y USO sumaron fuerzas y rubricaron un convenio al que también dio el visto bueno el 64% de los trabajadores. Ahora, con el inicio de la negociación del nuevo pacto, se han puesto sobre la mesa unas diferencias que llevaban soterradas incluso desde las elecciones sindicales de noviembre de 2014.

UGT resultó ganador de esos comicios y colocó en el comité a 9 de los 27 miembros. Pese a que tiene la presidencia de ese órgano, no logra concitar los apoyos necesarios para sacar adelante una propuesta de la que hablar con la dirección. Más bien todo lo contrario. Ahora la mayoría la integran ELA, CC OO, LAB y ESK, que suman 14 representantes.

Y en una nota informativa trasladada a la plantilla acusan a UGT, Ekintza y PIM -una plataforma independiente- de que «no se comprometen a respetar y defender» un planteamiento conjunto e incluso de que estos tres sindicatos «se reservan la opción de cuándo negociar y pactar con la empresa», sin descartar incluso «la firma de un convenio en minoría, de eficacia limitada». «Si de verdad queremos apostar por la unidad, es fundamental que nadie se guarde ases en la manga para ir en contra de la mayoría», añaden.

Reivindicación a la empresa

Este nuevo bloque configurado en el comité de Mercedes centra sus reproches en UGT, el sindicato con mayor respaldo social, y apela a su responsabilidad «para que abandone esta postura interesada e impuesta desde su dirección» fuera de la factoría vitoriana, la única que fabrica automóviles en Euskadi. Mejorar las condiciones económicas, buscar medidas que incentiven el empleo estable sin discriminaciones o reducir la flexibilidad -acabando con los dos turnos de 9 horas que arrancaron en enero- son algunas de sus reivindicaciones que, «en una coyuntura de récord de producción, la empresa debería esforzarse por atender y negociar».

UGT-Mercedes, a través de una publicación en su blog, dejaba ayer clara su apuesta por presentar una propuesta «sin condiciones» para negociar el nuevo convenio. Pero «fue imposible ya que otras secciones sindicales exigían imponer condiciones como la ultractividad y el descuelgue, por parte de ELA» mientras que LAB también reclamaba «un referéndum para votar el convenio» o que éste «sea de eficacia general».

La principal central considera que ELA, CC OO, LAB y ESK «no nos han demostrado que quieran o sepan negociar», sino que «se han dedicado a echar balones fuera hablando de la minoría», reprocha UGT. Este sindicato respeta la nueva mayoría, «que tiene la responsabilidad de liderar las negociaciones. No necesita de las minorías».

Pero el escenario es complicado porque el domingo, en una entrevista concedida a EL CORREO, el director de Mercedes-Vitoria, Emilio Titos, afirmaba con contundencia que no aceptaría «ningún chantaje de los sindicatos que siempre están en el ‘no’», en alusión a ELA, LAB y ESK.

 

Fuente: http://www.elcorreo.com/bizkaia/economia/201602/13/sindicatos-mercedes-grena-20160212223022.html

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