Los trabajadores salieron de la cadena ante la caída de una puerta sobre las piernas de un trabajador. El accidente no tuvo consecuencias físicas para el trabajador. Ahora bien, la empresa ha represaliado a los que ha entendido como cabecillas de la rebelión. De momento los traslada de nave (a montaje), y se espera la sanción.
El pasado viernes, durante el turno de noche, turno A de producción, se cayó una puerta de una de las balancinas de la línea de puertas, en el taller de Motores, alcanzando en las piernas al trabajador que estaba realizando su carga de trabajo en la misma.
Ante este lamentable hecho, los trabajadores tomaron la determinación de salirse de la cadena desde la 1,55 apróximadamente, en que se produjo el hecho hasta el fin del turno, provocando con ello la pérdida de 190 coches en el taller de montaje.
A lo largo de la noche se personaron tanto el responsable del taller de Motores, Sr. Irizar, como el Director de Producción, Sr. Bultó, quienes manifestaron a los trabajadores su compromiso de colocar a dos compañeros de mantenimiento a la salida de la estación de burletes, para la comprobación de todas las balancinas, a lo que los compañeros de la línea de puertas respondieron, que la decisión estaba tomada y que por mucho que se llevara a cabo dicha medida, ellos se iban a mantener fuera de la cadena hasta la finalización del turno; actitud que mantendrían, cada vez que se volviera a dar una caída de puerta.
Esta situación no es novedosa, por cuanto se lleva más de un año con el tema de las balancinas y caída de puertas.
Anteriormente a esta, ya habían sido dos las veces que los compañeros de puertas habían hecho un plante para llamar la atención sobre esta situación, que generaron una serie de reuniones para tratar el tema, además de las consiguientes denuncias por parte de CGT.
Ya el 20 de febrero de 2007, ante las reclamaciones de los compañeros, CGT presentó una denuncia al departamento de Recursos Humanos por la caída de una puerta. La contestación del Sr. Irizar, por entonces Responsable del Servicio de Prevención, fue “que la probabilidad de que caiga una puerta es baja, que en algún caso ha podido suceder que la puerta haya podido descolgarse sin llegar a caer, y que la situación denunciada está controlada”.
El 15 de marzo, y ante una nueva caída de puerta producida dos días antes, y que llegó a golpear como en el caso actual, a un compañero, CGT presentó una denuncia a la Inspección de Trabajo. La respuesta del Inspector de Trabajo de fecha 21 de junio de 2007, tras solicitar un informe al Instituto Navarro de Salud Laboral fue: “que con carácter inmediato, se garantice la seguridad de los trabajadores, adoptando las medidas preventivas adecuadas para controlar, reparar y en su caso mejorar y modificar los sistemas de sujeción… Hasta que no se pueda garantizar que todas las balancinas han sido controladas y reparadas, se deberá colocar a dos trabajadores al principio de la línea de montaje para que controlen que las puertas están bien colocadas y seguras”.
La medida de colocar a dos compañeros para controlar las puertas, fue precisamente la que en su día provocó que los trabajadores volviesen a la cadena tras el primer plante. Posteriormente y en base a otras medidas que se iban a llevar a cabo, la jefatura del taller, y con la disconformidad de la representación social, tomó la determinación de quitar, primero a uno y luego al otro compañero, e introduciendo la revisión dentro de la pauta del conductor de la instalación de burletes.
Los problemas no tardaron en aparecer y hubo un nuevo plante, que se solucionó de la misma forma, y de la misma forma la jefatura del taller retiró a los compañeros que revisaban las balancinas. Entre las medidas que se estaban llevando a cabo por personal de mantenimiento, estaba una revisión exhaustiva de las balancinas, que dejó bien claro el grado de deterioro y el esfuerzo a que estaban sometidas, y que aconsejaban el cambio de las mismas, según un plazo establecido que cumple en octubre de este año.
Posteriormente, con fecha de 27 de agosto, CGT presentó otra denuncia a la Inspección de trabajo, cuya respuesta remitía a la resolución anterior.
Relatados los antecedentes, desde CGT no vamos a entrar a valorar como ya lo han hecho otros, si la decisión de los trabajadores fue desmedida o no. Cada cual sacará sus conclusiones. Entendemos que a ningún trabajador se le paga por venir a deteriorar su salud, y por esto, resulta verdaderamente triste que se tengan que dar acciones de este tipo para que la empresa tome conciencia de las problemáticas de los trabajadores, que en el caso de la línea de puertas vienen agravados por unos cambios de material y procesos de trabajo, que dificultan y edurecen su labor, con el consiguiente aumento del riesgo para su salud, por la falta de espacio… Por eso podemos creer que para que los trabajadores adopten la actitud que tomaron, el vaso ya se ha rebosado.
En la reunión celebrada ayer lunes día 9, la empresa manifestó que esto puede llevar consigo sanciones, porque entienden que no existía un riesgo inminente, como para abandonar el puesto de trabajo.
Por supuesto que no. Cuando una situación de riesgo se repite, el riesgo no es inminente, sino como en este caso, constante. Además lo que se vivió el viernes, no fue una situación de riesgo, sino un accidente.
Por parte de CGT ya advertimos a la Dirección que nuestra posición va a estar al lado de los trabajadores, y que en base a esto no estamos dispuestos a permitir ningún tipo de sanción, avisándoles de que dichas sanciones les pueden generar mayores pérdidas de producción, y que lo que debe hacer la empresa es poner soluciones para que situaciones como esta no se vuelvan a dar.
Por otra parte también les recordamos, que si el principal activo de la Empresa, son sus trabajadores, flaco favor se les está haciendo con constantes incumplimientos de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, resoluciones de la Inspección de Trabajo, y de diferentes normativas, un tema al que sin duda hay que meter mano antes de que generen situaciones como la del viernes.
Pero la respuesta de la empresa no se ha hecho esperar. Ayer por la tarde, de la más cobarde de las maneras, Garrido, Bultó e Irizar, trasladaron a dos compañeros de la línea de puertas, a montaje, haciendo uso de la movilidad que le permite el convenio.
¡Y una mierda! Este hecho constituye la primera medida represiva contra los trabajadores de la línea de puertas. Se habla que van a ser cinco o seis personas las que sufran este tipo de escarmiento por parte de la Empresa. Uno de los dos que ya están en montaje, es el trabajador al que le golpeó la puerta que se cayó el viernes, por eso en CGT tenemos muy claro cual es el criterio que sigue la empresa al llevar a cabo este tipo de acciones. A la vista está que la empresa se preocupa por nuestra salud. Se llenan la boca con decir que nos han puesto una cantina, que están mirando lo de la guardería… Pero eso sí se te cae una puerta a las piernas, te quejas, y te aplican el palo. ¿Y estamos dispuestos a consentirlo? Por cierto, ¿dónde estaban ayer por la tarde los firmantes del convenio, cuando se trasladaba a los compañeros a montaje como represalia por su actitud?
Para hoy martes esta prevista una nueva reunión con la Empresa, en la que al parecer nos van a comunicar sanciones a los compañeros.
¿Qué precio estamos dispuestos a pagar a cambio de nuestra seguridad y nuestra salud, ¿cuántos palos vamos a aguantar? Desde luego en CGT como ya hemos dicho anteriormente, no estamos dispuestos a aguantar ningún palo más, y para ello, llevaremos a cabo cuantas medidas de acción sindical y jurídica que estimemos necesarias y oportunas. Para CGT, a la salud de los trabajadores no se le puede poner precio, y mucho menos, imponer un castigo.
SALUD Landaben, 10 de Junio de 2008