El independentismo logra record absoluto de escaños, complementado con una fuerte impronta de republicanismo de izquierdas. Pincha estrepitosamente la burbuja Podemos y el pablismo. Y el bipartidismo dinástico PP-PSOE, que ha ostentado alternativamente el poder del Estado desde 1978, se convierte en testimonial en Catalunya.
El resultado de las elecciones catalanas, autonómicas en clave plebiscitaria, significa la apertura de una proceso rupturista por la confluencia en cuestionar el régimen del 78 por parte de fuerzas catalanistas de izquierda con una participación histórica que deja hecha añicos la política del miedo urdida por la Marca España (instituciones, bipartidismo dinástico, banca, patronal, iglesia y bloque mediático). Las urnas también han lanzado una severa advertencia al partido morado precisamente en el momento crucial en que Podemos maniobra para capitalizar a distintas fuerzas ciudadanistas para las próximas generales.









El desarrollo tecnológico (informatización, procesos automatizados,…) conlleva, en muchos puestos de trabajo, el predominando la actividad mental, asociada a un aumento de la información que se maneja, dando como resultado la carga mental excesiva.

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