Corbyn, un veterano del socialismo del reino Unido, ha coseguido el liderazgo del Partido Laborista, apoyado por las bases del partido, sacudiendo la escena política al mantener dentro del laborismo una campaña anti-austeridad (“la pobreza no es necesaria”) y por el bienestar colectivo.
Un éxito conseguido sin contar con el apoyo del aparato del partido, que ha suscitado gran interés para los sindicatos más importantes de Reino Unido, el movimiento anti-austeridad The people’s assembly, llevando incluso a participar en el proceso a personas no vinculadas al Partido Laborista, saturando las redes sociales.
La estrategia de Corbyn se ha basado en no seguir el círculo vicioso de los ataques personales y tratar de explicar su programa. Pese a que al comienzo los medios no le tomasen en serio, con el paso del tiempo el equipo se vio inundado por peticiones para entrevistar al candidato.
Pese a ser contrario a los liderazgos personalistas y apoyar un liderazgo colegiado, la figura de Corbyn ha llamado enormemente la atención de su electorado.El hecho de ser un diputado parlamentario laborista con larga carrera en movimientos de protesta antibelicistas y antinuclear, que incluso se ha rebelado votando en contra de la doctrina de su partido hasta 500 veces, ha fabricado una imagen especialmente atractiva que recoge la ilusión de las personas mayores y “nostálgicas” del viejo laborismo y de los jóvenes por aquello que nunca vivieron
Corbyn fue el diputado con menor nivel de gastos tras el escándalo del derroche de los diputados de 2009 durante el mandato de Gordon Brown. La adecuación del modo de vida del candidato a sus propuestas políticas ha sido objeto de crítica para los medios de comunicación, sin embargo, también ha servido como un elemento identificador para la población británica. La gente sabe que es una persona que vive “para” la política y no “de” la política.
La simpleza y la espontaneidad del candidato han ocupado un lugar destacado durante estos 100 días. La ausencia del temor a mostrarse tal y como es -es decir, un político que parece una persona normal y corriente- y su preocupación por la democracia le han hecho líder despertando de nuevo los principios del Partido Laborista.
La elección de Corbyn ha sido comentada por Cámeron, como una amenaza para la seguridad por sus posiciones pacifistas y antinucleares, una posición tan clara, que sin siquiera los líderes de Podemos y Syriza se han atrevido a mantener.
Corbyn ha roto con la línea política del Laborismo, una política basada en la persecución del voto, que al final se identifica con los conservadores y se integra cada vez más el sistema, una política basada en otros valores distintos, alternativos al consumismo y el conservadurismo, contradiciendo la Tercera Vía de la política de Blair.
La realidad política espera mucho de él, sobre todo los actores que apuestan por una Europa más solidaria, pues saben que sin una acción internacional conjunta ningún cambio es posible. Sin embargo, a continuación surgen nuevos interrogantes que solamente el tiempo responderá: ¿Podrá mantener su discurso pese a la presión de las estructuras del establishment británico? ¿Se romperá el Partido Laborista? ¿Podrá ganar las próximas elecciones generales?
