El pasado 11 de septiembre más de 100 antidisturbios desahuciaron a Amaya, una trabajadora de 31 años que no podía hacer frente al alquiler abusivo exigido por la inmobiliaria Laudea. Una semana antes, Amaya había pedido a la empresa de telemarketing dónde trabajaba – Konecta – un cambio de turno para poder asistir a su desahucio.
Ella dejó claro que el cambio se producía por asuntos de índole judicial y que en caso de denegárselo le sería imposible acudir. La respuesta de su coordinadora fue “no creo que sea posible, aunque ya eres mayorcita y conoces tus responsabilidades. Ese día no puedes faltar”. Amaya se enfrentó a su desahucio con un doble temor: perder la casa y el trabajo.
A pesar de la respuesta popular, Amaya se quedó en la calle gracias a que los antidisturbios tomaron el barrio desde primera hora de la mañana. Debido a la extraordinaria tensión de la situación, ella acabó psicológicamente destrozada y el médico de cabecera le dio unos días de baja para recuperarse. Tras aquel shock Amaya luchó para seguir adelante y conservar su empleo, mientras continuaba peleando para que Laudea condonase su deuda.









dirección empeñada en aprovechar las oportunidades que le brinda la ley para reducir costes laborales y poder mantener así sus beneficios a pesar de la crisis.
Los trabajadores del Estado español invierten 53 horas más al año que la media de los empleados de la Eurozona. Los datos de Eurofond confirman que se producen muchas diferencias en jornada laboral en la UE de los 28, porque el estudio incorpora a Croacia.