Syriza va en serio y por derecho. Al menos en la política de gestos. Habrá que ver sus concreciones y efectos, pero el gobierno de Alexis Tsipras no se anda por las ramas en la radical verbalización de su apuesta antiausteridad.
En menos de una semana desde que llegó al poder, el ejecutivo ha empezado a cumplir su programa aprobando una primera batería de medidas destinadas a paliar las necesidades de la población más castigada por la crisis, y acto seguido su ministro de Finanzas ha denunciado a la Troika como interlocutor válido. “Grecia no reconoce a la Troika ni el acuerdo de rescate”, espetó Yanis Varufakis a un atónito presidente del Eurogrupo, anunciando así que los griegos retomaban su soberanía liquidando el severo protectorado de Bruselas y el Fondo Monetario Internacional.







Tratado Transoceánico de Comercio e Inversiones (TTIP, siglas en inglés) que
Mientras en Ginebra tiene lugar la 27 sesión del Consejo de Derechos Humanos y en Nueva York se celebra la 69 Asamblea General de la ONU -el gran debate anual en el que los líderes mundiales exponen sus políticas presentes y futuras-, Marruecos, una vez más, tiñe de sangre todos los esfuerzos de la Comunidad Internacional por asegurar de forma pacífica el ejercicio del derecho de autodeterminación del Pueblo Saharaui.
