Formamos parte de la multitud avergonzada de esta Europa Fortaleza que se amuralla y que vulnera la legislación internacional sobre derechos humanos.
Y es que no sufrimos de ceguera ante lo que está ocurriendo y por eso hoy nos hemos convocado de nuevo simultáneamente en las plazas de las ciudades para unir nuestras voces en un solo grito: NO A LA GUERRA.
En el marco de las revueltas árabes y de las posteriores contrarrevoluciones, Siria sufre, desde hace más de 5 años, una cruel guerra, en la que ya han muerto más de 470.000 personas y que ha causado más de 11 millones de personas desplazadas y refugiadas en el interior del país, en los países vecinos y miles de muertes en el mar Mediterráneo.
La guerra en Siria ha provocado una de las mayores crisis humanitarias, la mayor después de la II Guerra Mundial, de tal manera que tanto organismos internacionales como ONG’s y personas voluntarias han condenado no sólo la escasa implicación de Europa en las ayudas, sino también las devoluciones en las fronteras terrestres y marítimas, el lento acceso a procedimientos de asilo efectivos y las inadecuadas condiciones de acogida.
Las causas del conflicto son diversas: la represión de las iniciales protestas pacíficas que desencadenó luego enfrentamientos armados, la irrupción de grupos yihadistas, y la injerencia de potencias extranjeras que, lejos de dirigir sus acciones hacia la paz, provocan aún más muertes, más destrucción y dificultan aún más la posibilidad de una salida democrática al conflicto, convirtiéndolo en una nueva guerra de poder mundial entre EEUU y Rusia (y sus aliados respectivos) que amenaza la seguridad de toda la humanidad y del planeta.