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Charlas, Entrevistas, Acción Sindical, Mujer, Pensionistas, formación, Herramientas, Secciones Sindicales,Covid-19 etc..
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Por eso, porque tanto en Ucrania, Palestina, Siria, Yemen, El Sáhara…, lo que verdaderamente se está perdiendo son vidas humanas y se está destrozando el futuro de miles de familias y de la clase trabajadora, desde la FESIM hacemos un llamamiento a llenar las calles con un rotundo NO A LAS GUERRAS, en ninguna parte del mundo, bajo ningún concepto.
“Esta interpretación reduccionista que propugna el sindicato recurrente [CC OO y UGT] resultaría contraria al derecho de libertad sindical y al pluralismo sindical”, considera la sentencia de la sección octava de la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional.
Cualquiera ha sufrido averías o reclamaciones que han sido atendidas a distancia telefónicamente. Seguramente estamos hasta las narices de llamar y conversar con automatismos para que, a pesar de todo, no nos solucionen el problema, o incluso que nos digan que lo van a solucionar, pero pasen los días sin que nada se resuelva. Finalmente conseguimos hablar con un ser humano.
Tras una conversación en la que hemos descargado toda nuestra ira y enfado, recibimos una llamada automatizada en la que, para más recochineo, una máquina de nuevo nos pregunta por la satisfacción con el servicio.
En muchos casos quien nos ha atendido ni siquiera pertenece a la compañía con la que tenemos el problema, y puede incluso que ni esté en sus manos la solución, pero esa pregunta que nos hacen parece consultar sobre el servicio, y valoramos de acorde a lo que sentimos: una mala nota.
Colgamos y percibimos al menos la relativa satisfacción de haber «castigado» el mal servicio, pero la realidad es muy diferente: lo que interpretan al analizar esas llamadas es una valoración a quien nos ha escuchado, no a la empresa.
Pues, no, tampoco estamos en la de Igualdad, y eso a pesar de que en el convenio pasado recla- mamos nuestra participación, y de que incluso nos dirigimos al Ministerio de la Mujer que nos volvió a remitir a Telefónica, quien, definitivamente, nos negó la presencia apelando a la torticera excusa de siempre: «No habéis firmado el convenio».
Pero, aún así, y huyendo de protagonismos, la CGT colabora con ella para mejorar las condiciones personales y laborales de la plantilla de Telefónica.
Nuestro trabajo en esta materia es constante: hemos elaborado varios comunicados e informes con las cifras presentadas por la empresa sobre la presencia de las mujeres en Telefónica –el último, publicado en «La Cabina» de octubre–, y también presentamos una propuesta de protocolo de actuación para el «acoso laboral, de género y/o sexual» que, por cierto, es casi calcado al que ahora se utiliza. Y en la última negociación del convenio colectivo, le exigimos que cumpliera con la ley sobre la creación de empleo para personas con discapacidad –los sindicatos mayoritarios estaban más interesados en otros asuntos–.
En tres días cuatro víctimas más. Esto no tiene nombre. Cada mujer muerta nos hace más y más conscientes de la ineficacia del sistema. No vale la ley, no valen las denuncias, no vale seguir cuestionando de quien es la culpa del asesinato.
Mientras no se traten estas conductas como problema de estado, no se va a solucionar nada. Mientras se sigan cuestionando por parte de jueces y políticos las conductas de las mujeres, dejando libres y justificando a los maltratadores, no se va a solucionar nada.
ESCRITO DE CGT A RECURSOS HUMANOS