“Las grandes farmacéuticas están utilizando el TTIP como una oportunidad para cimentar mayores periodos de monopolio, precios de medicamentos más altos y nuevas medicinas con limitado valor terapéutico”. Empresas como Bayer AG o GlaxoSmithKline figuran entre las que más recursos dedican a presionar a la Comisión: la última, con entre 150.000 y 199.000 euros invertidos, y la primera con 2.460.000 –aunque en esta partida se incluyen sus gastos en otras áreas de negocio de la empresa, como la de los pesticidas-, siempre según los datos del pasado mes de abril.
No es ningún secreto que el TTIP goza de la bendición de las grandes multinacionales, pero cada vez hay más pruebas de los esfuerzos de estas corporaciones por sacar adelante el polémico tratado de libre comercio que Washington y Bruselas negocian con secretismo.
En esta lucha por sellar el acuerdo las farmacéuticas ocupan un lugar protagonista: sólo en 2014 las principales empresas del sector invirtieron 40 millones en acciones de lobby, entre ellas las destinadas a impulsar el Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP), 15 veces más de lo que invirtieron las organizaciones civiles en defensa de la sanidad pública o de la mejora en el acceso a medicamentos.