Comunicado conjunto de CGT-LKN, STEILAS y ESK
Hay quién piensa, porque así se vende, que la crisis es ya tan solo un recuerdo lejano. Todos los medios de comunicación al servicio del poder nos bombardean con una recuperación que sólo afecta a quienes nunca perdieron nada. Para nosotras sin embargo, la “recuperación” es sinónimo de perdida de derechos, de precarización y desigualdad; por eso el capital está euforico.
Nos dicen que la economía se ha recuperado, que baja el paro, pero lo que se les olvida decir es que ese paro baja a costa de la precariedad de los contratos de trabajo -cuando los hay-, lo que en realidad se les ha olvidado decir es que lo que baja -y en picado- son los derechos laborales que las trabajadoras y trabajadores con tanto esfuerzo hemos conseguido. Tenemos ejemplos inmediatos como el de los y las compañeras de Productos Tubulares donde sus propietarios, tras años de llenarse los bolsillos con los dividendos incluso con prestamos para repartirse beneficios a cuenta, ahora dicen que no hay dinero y pretenden despedir a 157 personas y bajar salarios al resto.
Tampoco podemos olvidar a las administraciones que montan mesas de negociación entre afines según les convenga, para aplicar criterios neoliberales, criterios de destrucción de lo público como ocurre en el sector educativo donde llevan más de 2 años en conflicto importándoles muy poco la afectación que pudiera tener en la población escolar.
Hace una semana fue el 5º aniversario de la muerte de más de 1.134 personas y cerca de 2.500 heridas en una fábrica textil (empresa occidental) en Bangladesh mas interesada en el ahorro de costes que en la seguridad; en el estado español fueron 618 las personas que murieron en 2017. Hoy y aquí nuestro recuerdo p. para todas ellas y para las que están perdiendo la vida en el mar o en las fronteras buscando una vida mejor.
Hay recuperación, si, pero lo que nosotras sabemos con certeza que se recupera, y con fuerza, es la parcialidad, los salarios miserables, la eventualidad, los accidentes laborales, la desigualdad y la insoportable brecha salarial que sufrimos las mujeres , la inestabilidad, la subcontratación… Eso es lo que la clase trabajadora hemos recuperado, precariedad y pérdida de derechos.
Hablamos de pérdida de derechos laborales pero hoy, casi mas que nunca, sigue habiendo trabajadoras y trabajadores que no tienen ninguno, que ni siquiera son reconocidas como tales, que trabajan sin contratos y sin visiblilidad, que se les trata como a personas de segunda como es el caso de las trabajadoras de hogar.
Tener trabajo no es sinónimo de tener empleo, trabajo, sobre todo a nosotras las mujeres, nos sobra. Lo que necesitamos son empleos de calidad con condiciones laborales dignas, desde la igualdad y la corresponsabilidad.
Esta situación de precariedad transciende lo laboral, va mucho más allá, abarca todos los ámbitos, desde fuera de ese marco laboral también ha habido recuperación, hemos recuperado la censura, las imposiciones, las amenazas, la desprotección social… No podemos olvidar que vivimos en un Estado que gracias a la ley mordaza, en un mismo día ha secuestrado un libro, ha retirado una obra de arte y ha condenado a un rapero a la cárcel por ir en contra del pensamiento del poder.
Pero hay algo con lo que no contaban ; también hemos recuperado -a pesar de sus esfuerzos- porque nunca lo perdimos; las ganas de luchar y de seguir construyendo una sociedad en la que quepamos todas y todos.
La primavera llegó adelantada a la calles de Bilbao el 8 de marzo tiñendo todo de lila, demostrando que las mujeres tenemos mucho que decir y que estamos hartas de un sistema capitalista y heteropatriarcal que nos oprime y que nos impide ser personas de pleno derecho. Nuestra lucha es también feminista.
Por si alguien tenía alguna duda del hartazgo de toda la clase trabajadora, el 17 de ese mismo mes nuestras pensionistas tomaron el relevo del movimiento feminista para decir alto y claro que ya está bien, que no vamos a soportar ni una más y que hasta aquí hemos llegado.
Es hora de poner la vida de las personas y su bienestar en el centro de nuestro esfuerzo, de nuestra lucha, lejos de las garras de sus cuentas de beneficios, de sus intereses empresariales y de su “recuperación”. Tenemos que seguir ocupando la calle, movilizándonos hasta que se enteren de que su modelo económico y social no es el nuestro, ¡ni lo necesitamos ni lo queremos!