En una familia su carácter lo marca en buena medida, sus decisiones de cuánto dinero tienen y cómo y en qué lo gastan. Pues algo parecido pasa en los Presupuestos Generales de un Estado, la suma de todas las familias. Así que veamos algunas características del “nuestro”:

La partida dedicada al pago de los intereses de la deuda es de 33.514,5 millones €. Para hacernos una idea cabal, pongámosla en comparación con otras fundamentales para la “familia”: Educación (2.483 MM.), Sanidad (4.001 MM), Fomento de Empleo (5.214 MM), Desempleo (16.715 MM.). Es decir de intereses de nuestra deuda pagamos 1.972 MM de € más que todas estas partidas fundamentales para la “familia”.

En 2008, España tenía la Deuda Pública más baja de la UE (el 41% del PIB) y por primera vez superávit en las cuentas del Estado. En 2015, la Deuda Pública es ya del 98,7%. ¿Por qué?  Por un lado los 41.500 MM provenientes del rescate al Sistema Financiero y por otra los 227.091 MM que entre 2008-2013 ha emitido el Estado para financiar a terceros (constructoras, entes administrativos, entes públicos, etc.). Aquello de que no podíamos tener lo que no podíamos pagar que nos decía la oposición pepera a Zapatero, no sólo era una gilipollez, sino que se lo han saltado a la torera. El problema básico es en qué nos gastamos lo que decidimos tener y si conviene tener (impuestos) más o menos y, como consecuencia de esto, cuánto debemos pedir a crédito y para qué usamos ese crédito.

En 2008 el total de la deuda externa española (no pública) era de 584.102 MM. De ellos, el 54% era Deuda de las Empresas financieras, el 26% de Empresas no financieras y las familias tenía el 0,21% de ese total. Es decir, el 80% era Deuda PRIVADA empresarial. En 2014, la deuda externa española es de 1,1 billones (108% del PIB) pero lo que ha cambiado es que el 42% de la misma ha pasado a ser PÚBLICA, mientras que era del 20% en 2008.

Es evidente que el problema ya anunciado con el que abrirá esta nueva legislatura tras el 20D sea cual sea el resultado electoral, es la viabilidad del actual Sistema de Pensiones. Los ingresos de la Seg. Social crecen a un ritmo del 0,8%, mientras que los gastos lo hacen al 3,4%. No se trata del recurso al “creando empleo esto se soluciona”; ya que el empleo que tenemos ha venido para “quedarse”, al menos si no modificamos la relación de fuerzas actuales, es decir un trabajo desvalorizado con menores salarios, jornadas parciales, etc.

Pues bien, los PP Generales 2016 contemplan como “Estímulos a la contratación y al empleo” 2.100 MM por reducciones directas de cotizaciones, pero que no se prevé en ellos compensación por parte del Estado a las arcas de la Seg. Social mediante impuestos, sino que simplemente NO RECAUDAMOS y tenemos un problema mayor. Las reducciones de las cuotas patronales puestas en vigor ahora mismo por este Gobierno, suponen en 2016 que la Seguridad Social dejará de ingresar otros 2.722 MM e igualmente sin compensación vía impuestos por el Estado. Es decir, estimulamos el empleo…¡bien! pero su costo  4.822 MM no lo pagamos con impuestos (IRPF; Sociedades, Patrimonio, etc.), sino que lo dejamos ahí, como agujero más grande para la Seguridad Social, luego aceleran su deterioro.

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