Erri_De_Luca

No me van a callar.

El escritor italiano puede acabar en la cárcel por haber dicho que hay que sabotear el Tren de Alta Velocidad (TAV). Sin embargo, De Luca sigue manteniendo lo dicho. Aún así, cree que la libertad de expresión tiene límites.

 “Los nuevos movimientos de izquierdas que han nacido en el sur de Europa, a orillas del Mediterráneo, han sido para mí una de las mejores noticias de los últimos años.”

“El sabotaje de los habitantes del Val di Susa es una lucha preventiva, ya que pretende impedir un desastre medioambiental.”

Intelectual sin estudios, autodidacta, amante laco del hebreo clásico y alpinista. Es difícil definir a Erri De Luca (Nápoles, 1950) con una sola frase.

Antes de empezar a escribir libros fue obrero, camionero y albañil en la Turín gobernada por FIAT. Eran épocas de militante en el movimiento de extrema izquierda Lotta Continua, los días en los que l@s jóvenes revolucionari@s de Italia buscaban inspiración en l@s anarquistas de Barcelona.

Después se dedicó a hilvanar palabras, y empezó a estudiar y traducir lenguas antiguas. Desde entonces tiene al yiddish y al hebreo clásico como compañeros de viaje. En 1989 escribió su primera novela: “Non ora, non qui” (Ni ahora, ni aquí). Literatura seca, para mostrar una visión cruda de la vida. “La Parola Contraria” (La palabra contraria) es la última creación de De Luca. En ese libro escrito con acritud, apoya el sabotaje contra el TAV, haciendo frente al consorcio Turin Lyon Ferroviaire que lo ha denunciado. Ha respondido con la misma sequedad que domina sus novelas.

“Hay que sabotear el TAV. Las cizallas sirven para cortar valla. Eso no es terrorismo”. Por estas declaraciones que hiciste al medio de comunicación Huffington Post han pedido una pena de prisión de 5 años para ti.

 Suscribo lo dicho en la entrevista. Estoy convencido de que el TAV entre Turin-Lyon es un proyecto innecesario y que por lo tanto me parece legitimo sabotear esa infraestructura. L@s habitantes de Val di Susa llevan 25 años luchando contra el TAV, pero sin hacer nada material, con pura voluntad. El valle ha dicho no al proyecto. Saben que esos montes están llenos de amianto y que las piedras han empezado a verter veneno. El sabotaje de los habitantes del Val di Susa es una lucha preventiva, ya que pretende impedir un desastre medioambiental. En vez de llorar en e l futuro intentan evitar la destrucción.

En la denuncia han subrayado que tus palabras “pueden animar a cometer un delito”. Siendo una referencia para much@s activistas, te consideran “un mal maestro”.

Van más allá. La acusación dice que mis palabras pueden ejercer influencia sobre el comportamiento de las personas. Aún así, nadie me ha demostrado ninguna relación directa entre mis palabras y ninguna acción concreta. En primer lugar, yo no soy maestro de nadie, y con mis opiniones no pretendo sentar cátedra. Desgraciadamente, han iniciado una caza de brujas contra mi. Porque he utilizado la plaza pública para defender la lucha de l@s habitantes de una pequeña comunidad. En los últimos años la fiscalia de Turin ha iniciado 1.000 procesos judiciales contra activistas antiTAV. Por eso quieren acallar y censurar mi voz. Ha bastado que una empresa francesa (Turin Lyon Ferroviaire) pusiera una denuncia. La fiscalia de Turin, en vez de archivarla, la ha admitido.

¿Por qué?

Porque para Italia el TAV Turin-Lyon es una infraestructura estratégica. Parece que hay que construirla cueste lo que cueste. Por eso han militarizado el valle de Susa. Pero lo más curioso es que no ha sido el Estado el que se ha alzado contra mi sino una empresa privada.

En la denuncia han hecho referencia a tu pasado, diciendo que has vivido en los márgenes de la legalidad. ¿Es acaso una medida para dar ejemplo?

Parece que la fiscalía quiere castigar toda mi trayectoria vital. Como si las declaraciones contra el TAV fuesen una continuación de mi biografía política. Eso no tiene ni pies ni cabeza. En la década de 1970 era un joven revolucionario. Hoy en día, en cambio, no represento a ninguna comunidad. En la medida en la que soy un individuo sólo me debo lealtad a mí mismo. Además, en estos 40 años me he convertido en escritor y reivindico el uso de la palabra. Lo dicho acerca del TAV no tiene relación con mi pasado.

En tu último libro defiendes el uso de la “palabra contraria”. En estos momentos en los que tanto hablamos de libertad de expresión ¿esa libertad tiene algún límite?

Claro que sí. La libertad de expresión de cada un@ termina en el momento en el que haces daño a otr@.

En opinión de much@s, el atentado contra la revista Charlie Hebdo ha cuestionado el modernismo multicultural ¿se han terminado las bromas?

Para mi Charlie Hebdo es el último exponente del movimiento anarquista de los últimos siglos. Reivindicaron el descaro para hacer frente a los poderes fácticos. No hicieron concesiones a nada ni a nadie. Pero much@s musulmanes consideran un insulto o un ataque el no mostrar respeto al Islam. Cuando era joven una de cada cuatro palabras que salía de mi boca era un juramento. La edad me ha vuelto más juicioso. No soy creyente, pero con el tiempo he decidido no insultar a la divinidad porque puedo ofender al/la que tengo al lado. La mayoría de las veces no nos ponemos en la piel de l@s demás.

¿Estamos ante una nueva lucha entre la fe y la razón?

En los últimos 20 años el sentimiento religioso se ha vuelto más sensible. Demasiado caliente diría yo. Eso se nota en las religiones monoteístas, en el Islam, pero también en el judaísmo. El cristianismo, por ejemplo, ha tenido que aceptar la licencia para reírse y tomar el pelo. Pero en el Islam eso se toma por blasfemia. Tenemos que ser conscientes de eso y no actuar como si no lo supiésemos. Hay diferentes temperaturas a la hora de vivir la fe y eso provoca reacciones extremistas. Por otro lado, dentro del Islam se está viviendo una guerra sin vuelta atrás, entre una secta suní (el Estado Islámico) y otras corrientes (el resto de sunís y chiitas). Los atentados de París deberíamos analizarlos dentro de ese contexto. La divinidad es la nueva bandera que precede a los fusiles.

Ante todo eso ¿la izquierda tiene algo que decir? He escuchado que los movimientos de izquierdas estan renaciendo…

Los nuevos movimientos de izquierdas que han nacido en el sur de Europa, a orillas del Mediterráneo, han sido para mí una de las mejores noticias de los últimos años. Syriza en Grecia nació para frenar la deriva de los bancos de Europa. Grecia se ha convertido en la nueva bandera de la izquierda europea, y por eso tenemos que apoyarla. En Italia veo más difícil que cuaje un movimiento así, de hecho hace dos años el Movimiento de las Cinco Estrellas ya capitalizó ese enfado. Pero el partido de Beppe Grillo ha mandado al carajo la oportunidad de estructurar un movimiento independiente y de izquierdas.

Traducción: CGT-LKN.Sindicato de Educación Pública de Bizkaia

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